Por: Tania Martínez Suárez
“El exiliado mira hacia el pasado, lamiéndose las heridas; el inmigrante mira hacia el futuro, dispuesto a aprovechar las oportunidades a su alcance.”
Isabel Allende
El gobierno de Donald Trump está jugando al mago, como si no supiera que millones de migrantes han arribado a Estados Unidos, y conforman un sector muy importante para la vida política, económica y social de ese país, como si él no fuera migrante, lo mismo que su familia, esposa e hijos.
Son sobrecogedoras las imágenes de inmigrantes que son detenidos afuera de sus casas o en sus trabajos, de un momento a otro la vida que les era propia, se deshace entre sus manos. Hay quien ha trabajado durante 30 años en Estados Unidos, no conoce otra forma de vida, abraza la bandera mexicana y la gringa con la misma intensidad, porque ambas son parte de la persona que es.
Pareciera que de pronto se dieron cuenta que millones de hispanos vivían en su territorio, ahora les persiguen como criminales, infunden miedo, pánico entre la población latina, que vuelve a esconder su idioma, repliega la multiculturalidad latinoamericana, con las redadas se pierden décadas de trabajo por el reconocimiento de los derechos de las personas migrantes, cazarlos como animales es aberrante, aislarlos de sus familias en centros de control de ICE, ridiculizarlos, deportarlos, materializan la peor pesadilla de cualquier migrante.
¿Qué planean hacer con los millones de descendientes de las personas deportadas?
¿Qué hay del odio y resentimiento que están gestando?
¿Qué haría EUA sin la mano de obra calificada y barata en la cual está cimentada su idea de progreso?
Las redadas multitudinarias en diversas ciudades son apenas una muestra del poder que es capaz de desplegar para acabar con estos enemigos inventados, se estima que 65 millones de hispanos habitan en EUA lo que es una quinta parte de la población total del país cercana a los 331 millones de personas. Una gran “minoría” que sostiene y enriquece ese país.
Las banderas de México y otros países latinoamericanos ondean en ese viento anglosajón, los mariachis, los cholos, las pancartas en español, la identidad mexicoamericana e hispana late fuerte, revienta la violencia y hace frente al miedo, legitiman su derecho a vivir en paz, a ser parte de un estado que han ayudado a crear.
Pienso en la película de “Un día sin mexicanos” de Sergio Arau, quizás Donald Trump debería verla y así hacerse una idea de lo que puede pasar sin nuestros paisanos, sin los millones de hispanos que ahora sienten temor e incertidumbre, cuando el pavor debería acompañar a los racistas y retrógrados.
Les invito a leer esta entrada de Círculo de Poesía: Antes de pasar la frontera, Poesía de migrantes centroamericanos.
https://circulodepoesia.com/2013/05/antes-de-pasar-la-frontera-poesia-de-migrantes-centroamericanos/
El migrante de tierra lejana
Fernando. Nicaragua.
El migrante de tierra lejana camina andante y perseverante hacía una tierra distante y añorada.
Tiene la esperanza de algún día llegar sano a la tierra prometida que cambiará su destino, un migrante lejano.
Cada migrante sufre la nostalgia de dejar a su familia,
no importa cuántas lágrimas, penas y sufrimiento pase en su camino
el migrante seguirá adelante con la frente en alto sin perder el horizonte de su destino.
El norte es su esperanza para cambiar su vida,
Jesucristo ilumina su camino
el migrante lejano llegará a su destino.