- Puede duplicarse cuando la víctima sea menor de edad o persona con discapacidad, o cuando el agresor sea servidor público o docente.
La diputada de Morena, Tania Meza Escorza, junto a las demás legisladoras presentaron en el Congreso del Estado la iniciativa para reformar el Código Penal de Hidalgo, con el cual el acoso sexual será tipificado como delito autónomo, castigado de tres meses a dos años de prisión, aunque las sanciones pueden duplicarse en casos agravados como cuando la víctima sea menor de edad o persona con discapacidad, o cuando el agresor sea servidor público o docente.
Actualmente, explicó la legisladora, el Código Penal estatal confunde conductas propias del acoso sexual con el delito de hostigamiento, a pesar de que este último sólo puede configurarse cuando existe una relación de subordinación. En cambio, el acoso sexual ocurre sin jerarquías, pero vulnera la dignidad, la integridad y la libertad de las víctimas mediante conductas lascivas, persecuciones, tocamientos, exhibicionismo o comentarios sexuales.
“Hay una realidad que no está siendo nombrada ni sancionada: el acoso sexual. Y cuando la ley no reconoce la violencia, la violencia se normaliza. Cuando el Estado no sanciona, el agresor se fortalece”, expresó la diputada.
Además de establecer penas de prisión y multa, la reforma permite a las autoridades investigar, perseguir y sancionar estos actos sin necesidad de acreditar una posición de poder o intercambio para obtener la cópula, como actualmente ocurre en el delito de aprovechamiento sexual.
Con esta propuesta, afirmó la morenista, Hidalgo se pone del lado de las mujeres y de todas las personas que han vivido el miedo, la incomodidad y la violencia sexual en espacios públicos, garantizando que el agresor no vuelva a esconderse en la impunidad.
Durante su intervención en tribuna, Meza Escorza afirmó que miles de mujeres en Hidalgo siguen enfrentando agresiones sexuales cotidianas en las calles, transporte público, espacios escolares y laborales, lo que las obliga a modificar su vida diaria.
“Por años, miles de mujeres en Hidalgo han tenido que aprender a modificar sus rutas, a evitar ciertos lugares, a soportar silencios incómodos o a mirar hacia otro lado para no ser agredidas verbal, visual o físicamente. Lo han hecho porque así les enseñaron a sobrevivir, pero que algo sea cotidiano no lo hace normal ni justo y no significa que deba seguir impune el acoso sexual”, finalizó Tania Meza.
